miércoles, 8 de junio de 2016

AUTORIDAD EN EL COLEGUIO

La Autoridad en la Escuela


Ejercer la autoridad en la escuela no es mandar, es organizar, disciplinar, respetar a los alumnos y 
hacerse respetar.
En los últimos años las escuelas primarias y los colegios secundarios se han convertido en el centro de atención pública. La violencia de los alumnos entre ellos mismos y contra los maestros es cosa de todos las dias.tambien la autoridad es la mallor presensia que esta enel coleguioResultado de imagen para autoridad en el colegioA menudo cómo padres y madres podemos encontrarnos perdidos. Solo cuando nos enfrentamos a la crianza de nuestros pequeños nos damos cuenta de la  dificultad del proceso. Sabemos que son muchas las dudas que pueden surgir cada día, sabemos que educar a un niñ@, es educar a una persona en desarrollo y que por lo tanto aún con unas pautas generales cada caso es único, especial y muy importante. Sabemos que en la educación, se produce una relación única, especial y mágica, y que al educar nos educamos y aprendemos.La prevención en una sociedad siempre ha sido la mejor manera de preservar el bienestar y la integridad física de sus habitantes y de mejorar la convivencia en todos los ámbitos.
El cambio de actitudes y comportamiento tanto de los padres como de los maestros y profesores se hace indispensable para terminar con este flagelo que nos avergüenza a todos.
Los niños y los adolescentes en la actualidad no tienen referentes para identificarse, desconocen las jerarquías y la necesidad del cumplimiento de reglas para la convivencia.
Los hogares han perdido la comunicación; los padres no tienen tiempo para escuchar a los hijos y están demasiado cansados para mantener la organización de su casa y para cumplir y hacer cumplir los roles.
Los líderes tienen naturalmente el don de la autoridad, pero no todos los que tienen capacidad de liderazgo tienen éxito con sus subalternos, sólo algunos de ellos son los que se destacan y son verdaderamente respetados, porque son los que logran trascender el deseo de aprovecharse de su rango para someter y humillar.
La autoridad no es otra cosa que un rol que hay que aprender a ejercer, no sólo para obtener resultados con los subordinados sino también para poder desempeñar con éxito cualquier tarea.
Los padres no necesitan tiempo extra para hacer respetar las jerarquías en el hogar; porque sólo se trata de cambiar actitudes.
Una casa es como un barco, tiene que tener un timón firme para no ir a la deriva y además una organización que permita cumplir a cada uno su tarea con disciplina y entusiasmo.
El padre y la madre son los encargados de poner las reglas y todos en la familia deberán respetar esas reglas, en primer lugar ellos mismos.
Los hijos desconocen las normas que no son respetadas por sus padres, incluso las que rigen en la sociedad en que viven y que sus progenitores no respetan.
Ejercer la autoridad no habilita a gritar o a insultar ni a faltar el respeto a los hijos, sino sólo a imponer penitencias que no sean demasiado difíciles de cumplir, ni para los padres ni para los hijos.
Las reglas no deben diferir demasiado de las que rigen en su comunidad, porque esas diferencias son las que provocan las contradicciones más difíciles de resolver por los menores.
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